El blog de 3ro. F y 3ro. A de Escuela ORT, año 2010

martes, 9 de noviembre de 2010

Conversación con Carlos Gorostiza. La búsqueda del lenguaje. por Patricia Zangaro

ZANGARO: Carlos, su primer estreno, EL PUENTE, en el año 1949, inaugura también la doble condición de autor y director que caracteriza el espacio escénico, sobre todo a la luz de algunas reflexiones que, en una charla en la Fundación Somigliana formulara Gastón Breyer, autor justamente de la escenografía de EL PUENTE, sobre la relación entre el texto dramático, que es un cuerpo de información longitudinal, que se despliega en el tiempo, y lo que él llama objeto escénico, que es una masa de información que se presenta en el espacio. Breyer planteaba que en esta ecuación se sostiene el problema fundamental del teatro y que es el director quien debe resolver la relación entre aquello que se dice y aquello que se muestra de manera que no haya preponderancia de un polo de la relación sobre el otro, o redundancia. ¿Cómo ha vivido usted, en su doble condición de autor y director de sus propias obras, esta relación entre texto y espacio?

GOROSTIZA: Cuando yo escribí EL PUENTE tenía alguna pequeña experiencia como director, pero dirigí esa primera obra mía con mis compañeros de La Máscara, fundamentalmente porque no había directores interesantes: el italiano Tului, que dirigió parte de CRIMEN Y CASTIGO y luego se volvió a Italia, cuando se dio cuenta de que como grupo de teatro independiente no teníamos ninguna posibilidad de estrenar en el teatro profesional; y Adolfo Celli, un director extraordinario que dirigió ANTIGONA, y que luego se fue a Brasil...Gastón Breyer hizo una hermosa escenografía para EL PUENTE: él jugó con un gran bastidor, casi en diagonal, que giraba, y al girar se convertía en varias cosas de acuerdo con la ubicación que se le daba al bastidor, es decir que se trataba de planos que al moverse convertían el exterior en interior, y viceversa...Pero yendo concretamente a tu pregunta yo te diría que disiento con Breyer oprque creo que el teatro es fundamentalmente palabra. La escenografía, y todos los signos escénicos, tienen que estar al servicio del texto.


ZANGARO: En su proceso creador, ¿percibe que hay alguna manera particular desde la cual aborda la escritura de sus piezas?

GOROSTIZA: Nunca es la misma...Sé que mis piezas surgen de ideas que me obsesionan, sentimientos, imágenes, vivencias...Pero el detonante es diverso: a veces es un espacio, otras una frase, o un personaje...En el caso de EL ACOMPAÑAMIENTO fue curioso: la escribí a partir de la imagen de los actores, de Ulises y el Negro Carella, que habían trabajado conmigo en LOS HERMANOS QUERIDOS...Recuerdo que el día que vinieron a casa para que les leyera la obra, Ulises le dijo al Negro: "Vos tenés que hacer un personaje que vi en Palermo Viejo, toca el bandoneón y canta...y cree que es Gardel". ¡Y empezó a contar el personaje que yo había escrito y que iba a leerles esa misma noche! En el caso de AEROPLANOS recuerdo exactamente la primera imagen. Yo estaba escribiendo una novela, pero me aparecieron unas ganas enormes de escribir teatro, aunque no tenía absolutamente nada en mente. Y un día vino a verme un gran amigo, Pedro Doril...Yo estaba resfriado, y al despedirse me dio una palmada y me dijo "¡Cuidate!" En aquella palmada yo sentí algo, la amistad...toda. Me acosté, y a la mañana siguiente tenía la obra; en dieciocho días la terminé. En EL PUENTE, lo primero que aparecióm fue el espacio. Yo cuestionaba el teatro retórico de aquellos años y me quejaba de la falta de obras que hablaran de nuestros temas, con nuestro lenguaje..."¿Por qué no hacen una obra que transcurra en la calle, en una esquina?", les decía a mis compañeros de La Máscara. Y entonces fue cuando me desafiaron para que la escribiera yo, porque sabían que había publicado poemas, algún cuento; había escrito las obras de títeres; sabían que estaba escribiendo una novela. Así empezó la escritura de EL PUENTE, con la calle, la esquina, y ese contraste social. En LOS PRÓJIMOS partí de una noticia que leí en el diario sobre una chica del Bronx que había sido asesinada en la calle mientras los vecinos cerraban las ventanas y se escondían. EL PAN DE LA LOCURA también surgió a partir de una noticia que leí en la revista Life, que me conmocionó, y que proyectó todo un mundo...Creo que en ambas piezas hay un tono bíblico.

1 comentario:

  1. Toda la entrevista en http://www.teatrodelpueblo.org.ar/dramaturgia/zangaro001.htm

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