Lo que hay de malo en recordar es que trae dolor, nostalgia, tristeza y recuerdos de buenos tiempos que ya no podemos vivir. ¿Para qué acordarse del feliz pasado si nunca vamos a volver a ser como antes? Yo ya acepté mi destino, quiero vivir el presente (aunque sea triste y miserable) pero no pensar en lo que ya pasó. Me trae amargura acordarme que viví tiempos mejores, prefiero creer que nací en estos tiempos y que nunca fui materia.
Ezequiel Andrés 3ºF